Volcán Etna aumentó 31 metros ¿Por qué no para de crecer?

Etna se convirtió en más alto por unos 31 metros después de los últimos fenómenos eruptivos según las últimas mediciones de la INGV (Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología). Muchos nos han preguntado: ¿por qué sucede esto?

¿Por qué creció Etna?

Los volcanes normalmente aumentan su cumbre con cada erupción: la lava emitida por el cráter fluye parcialmente hacia el valle, pero parcialmente permanece en las cercanías del cráter, acumulándose verticalmente y solidificándose. En la próxima erupción, la nueva lava se solidificará encima de la anterior, aumentando así la altura del volcán. Lo mismo sucedió con el Etna: al 16 de febrero de 2023 había alrededor de 50 eventos paroxísticoses decir, un evento eruptivo explosivo, y cada uno contribuyó a depositar material piroclástico y capas de lava en el cono del cráter sureste. Este, de los cuatro cráteres encontrados en la cima del Etna, es el más joven, el más activo y, según las últimas mediciones, el más alto. Ahora llega la cima del Etna entonces 3357 metros de altitud, con el récord anterior que pertenecía al Cráter del Noreste que, tras los paroxismos de los años 1980-81, alcanzó una altura de 3350 metros. Este valor ha disminuido a lo largo de los años debido a los repetidos derrumbes, alcanzando un valor de 3326 metros sobre el nivel del mar en 2023.

¿Cómo se toman las medidas?

La altura del volcán generalmente se obtiene de i DMSes decir, los modelos digitales de la superficie: es decir, partimos de una serie de imágenes de satélite y, reelaborándolas con software, obtenemos una modelo tridimensional del volcán. Estas medidas se están llevando a cabo como parte de la iniciativa internacional Supersitios de riesgos geológicos y laboratorios naturales cuyo objetivo es estudiar áreas geológicamente peligrosas. Las imágenes fueron recogidas el 13 y 25 de julio por el satélite Pléides y luego comparadas con las de 2015, tomadas como referencia. Para cada fecha se recolectaron tripletas de imágenes que permitieron resolver problemas relacionados con la nubosidad y la presencia de nubes de humo en la cima del volcán. Durante las mediciones del 25 de julio, de hecho, varias áreas estaban cubiertas por nubes y gas y, para compensar la falta de datos, los datos recopilados el 13 de julio se integraron en estas áreas. Estos análisis permitieron obtener una altura de 3357 metros con una incertidumbre de solo 3 metrosestableciendo oficialmente un nuevo récord para el gigante siciliano.