5 juegos de PS5 con mensajes sobre el cuidado del Medio Ambiente

¿Puede un videojuego enseñarnos a proteger el planeta? Parece una contradicción. Una consola de última generación, con gráficos hiperrealistas, consumo energético considerable y millones de unidades distribuidas por todo el mundo… ¿promoviendo el cuidado ambiental? Pues sí. Y más de lo que muchos creen.

En los últimos años, el mundo del gaming ha empezado a despertar una conciencia ecológica. Los grandes estudios —algunos más tímidamente que otros— comienzan a incluir temas ambientales en sus narrativas, mundos virtuales y mecánicas de juego. Ya no se trata solo de disparar, correr o subir de nivel: también se trata de pensar en el futuro de la Tierra.

He recopilado cinco títulos de ps5 que, en mayor o menor medida, incorporan mensajes sobre sostenibilidad, respeto a la naturaleza o crítica a la devastación ambiental. Algunos lo hacen de forma directa; otros, más sutilmente. Pero todos nos dejan algo en qué pensar cuando apagamos la consola.

🌍 1. Horizon Forbidden West: una naturaleza que renace

Este título de Guerrilla Games es, sin duda, uno de los más visualmente espectaculares de la PS5. Pero más allá de su belleza gráfica, Horizon Forbidden West nos lanza una pregunta inquietante:
¿Qué pasaría si la humanidad lo arruinara todo... y la naturaleza tuviera que empezar de nuevo?

Aloy, su protagonista, explora un mundo postapocalíptico en el que la civilización ha colapsado y la Tierra, ayudada por tecnología ancestral, intenta reverdecer lo que fue devastado. A través de sus misiones, descubrimos los errores del pasado: contaminación descontrolada, explotación de recursos, guerras por energía... suena familiar, ¿verdad?

El juego no predica, pero muestra. Y lo que muestra es un espejo deformado, aunque no tanto, de nuestro presente ambiental.

“El planeta no necesita que lo salvemos. Solo necesita que dejemos de destruirlo”, parece decirnos cada paisaje que pisamos.

🌿 2. Endling: Extinction is Forever: la extinción, contada desde los ojos de un zorro

Pocas veces un juego de los que tengo en laptops me ha conmovido tanto. En Endling, encarnamos a la última madre zorra sobre la Tierra, que lucha por proteger a sus cachorros en un mundo devastado por la acción humana. La historia se narra sin palabras, pero las emociones son tan fuertes que se te clavan en el pecho.

Los humanos aparecen como sombras destructoras: fábricas que contaminan, cazadores furtivos, incendios forestales provocados. Y mientras tanto, tú, la madre zorra, intentas sobrevivir entre los restos de lo que alguna vez fue un bosque.

El mensaje es directo: la extinción no es un concepto lejano. Está ocurriendo. Y somos responsables.

“No hay planeta B”, nos recuerda este título con cada paso que damos.

🐋 3. Subnautica: Below Zero: explorando un océano que ya no es lo que era

Aunque ambientado en un planeta alienígena, Subnautica: Below Zero es, en el fondo, un homenaje (y una advertencia) sobre nuestros propios océanos. Al explorar un mundo submarino gélido y misterioso, nos enfrentamos a los estragos del cambio climático, la manipulación genética y la codicia corporativa.

El juego no tiene enemigos tradicionales: su mayor amenaza es la indiferencia ante el entorno natural. Aquí, la clave no es matar, sino observar, recolectar con respeto, comprender los ecosistemas y actuar en consecuencia.

Además, como dato curioso, Subnautica fue uno de los primeros juegos en permitir jugar con emisiones de carbono “neutras” gracias a su colaboración con organizaciones de conservación marina. Un gesto pequeño, pero simbólico.

“El océano guarda secretos, pero también advertencias”, parece susurrar el silencio de sus profundidades.

🌳 4. Tchia: un canto a la naturaleza inspirado en Oceanía

Inspirado en Nueva Caledonia, Tchia es un juego lleno de color, música y magia. Pero no se engañen: su dulzura es también una forma de resistencia. A través de su joven protagonista, descubrimos un archipiélago amenazado por fuerzas externas, donde la conexión con la tierra y los espíritus naturales es esencial para sobrevivir.

El juego nos permite saltar de animal en animal (poseyéndolos por breves instantes) y así ver el mundo desde otras perspectivas: volar como un pájaro, nadar como un pez o escabullirse como un cangrejo. Esta mecánica nos recuerda —aunque sea de forma fantástica— que no somos los únicos habitantes del planeta.

Tchia también pone el foco en el colonialismo y la pérdida de tradiciones, dos temas estrechamente ligados a la explotación ambiental.

“Escucha a la tierra antes de levantar la voz”, nos sugiere su tono suave pero firme.

🔥 5. The Last of Us: Parte II: cuando todo colapsa

Muchos pensarán: ¿cómo puede estar aquí este juego, si es una historia de venganza y violencia?
Cierto, pero detrás de su cruda narrativa, The Last of Us: Parte II (y su predecesor) retratan un mundo en el que la civilización ha colapsado tras una pandemia provocada, en parte, por desequilibrios ambientales.

En este mundo posthumano, la naturaleza recupera lo que se le quitó. Las ciudades están cubiertas de vegetación, los animales vagan libres por calles antes asfaltadas, y las reglas ya no las dicta el hombre.

El juego no da soluciones, pero sí deja una sensación inquietante: si seguimos así, ese futuro no es tan improbable.

“La venganza no cura... ni el alma ni el planeta”, podría resumirse en uno de sus mensajes ocultos.

🌱 Juegos que enseñan… sin sermonear

No se trata de convertir cada partida en una lección de ciencias naturales. Los videojuegos, ante todo, deben entretener. Pero cuando logran mezclar diversión con conciencia, el impacto es más poderoso que cualquier charla escolar.

Estos cinco títulos lo demuestran: pueden hablarnos de ecología, sostenibilidad y responsabilidad sin necesidad de “ser pesados” o caer en el moralismo. Nos invitan a reflexionar jugando, a conectarnos emocionalmente con la naturaleza digital… para cuidar mejor la real.

Y quizás, después de una sesión de juego, alguno de nosotros decida usar menos plástico, apagar más luces innecesarias, plantar un árbol, o simplemente pensar dos veces antes de contaminar.