Repollo de Bruselas: características, beneficios y contraindicaciones

Los repollos de Bruselas (Brassica oleracea var. gemmifera) son una variante de col conocida por sus pequeñas yemas comestibles que asemejan a mini coles. El cultivo de estos repollos comenzó más de un siglo atrás en el norte de Francia y en Bélgica, cerca de Bruselas, lo cual explica su nombre común.

A diferencia del repollo (Brassica oleracea var. capitata), cuyas partes comestibles son las hojas anchas que crecen apretadas formando una "cabeza", en el caso de los repollos de Bruselas, la parte comestible está compuesta por los brotes. Estos crecen en forma de diminutas esferas a lo largo del tallo en las axilas de las hojas y están formados por un tallo corto y grueso, que sostiene varias hojas dispuestas una sobre otra protegiendo la yema terminal.

Los repollos de Bruselas no solo tienen un sabor único, entre amargo y ligeramente dulce, sino que también se consideran un alimento funcional por sus efectos beneficiosos en procesos fisiológicos y su capacidad de reducir el riesgo de ciertas enfermedades. Generalmente, son poco conocidos por la mayoría de las personas y se suele tener poca información sobre sus propiedades nutricionales y la relevancia de incluirlos en la dieta.

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• Antioxidantes
• Cardiovasculares
• Digestivas
• Inmunológicas
• Nutritivas

• Disminuyen el riesgo de sufrir afecciones cardíacas, gracias a sus propiedades antioxidantes que pueden neutralizar los radicales libres.
• Ofrecen una defensa natural contra agentes cancerígenos y frenan la proliferación de células dañinas, ya que contienen compuestos ricos en azufre como los glucosinolatos.
• Son nutritivos, ya que contienen vitaminas de los grupos B, A, C, E y K,
• β-caroteno, nutrientes como calcio, potasio, magnesio y hierro.
• Ayudan a mantener la salud del sistema digestivo gracias a su alto contenido de fibra que mejora la digestión y previene el estreñimiento.
• Fortalecen el sistema inmune al ser una buena fuente de folatos y de otras vitaminas del grupo B, las cuales intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos.
• Promueven la inmunidad frente a ciertas infecciones y facilitan la absorción de ciertos nutrientes de los alimentos (hierro, folatos y ciertos aminoácidos).
• Son la variedad que más calorías aporta en su género, debido a su mayor contenido en hidratos de carbono y proteínas (de bajo valor biológico).

Las coles de Bruselas son un vegetal versátil que se puede disfrutar de diversas formas en la cocina. Aquí te presentamos algunas sugerencias para prepararlas:

• Cocidas al vapor
• Asadas al horno
• Salteadas
• Hervidas
• En ensaladas
• En guarniciones
• En platos salteados o revueltos
• Gratinadas al horno con queso
• En salsas y sopas

A pesar de ser un alimento saludable y nutritivo, algunas personas pueden experimentar ciertos efectos secundarios al consumir coles de Bruselas. Es importante tener en cuenta estas consideraciones:

• Flatulencia y malestar estomacal: las coles de Bruselas contienen fibras y carbohidratos fermentables que pueden causar gases y malestar estomacal en algunas personas, especialmente si se consumen en grandes cantidades. Para reducir este efecto, puedes cocinarlas correctamente, ya que la cocción ayuda a descomponer algunos de estos compuestos. Recuerda que no es recomendable consumir ningún alimento en exceso.
• Alergias alimentarias: al igual que otros vegetales crucíferos como el brócoli, las coles de Bruselas pueden provocar alergias alimentarias en algunas personas. Los síntomas pueden incluir picazón, hinchazón, erupciones cutáneas y dificultad para respirar. Si tienes antecedentes de alergias alimentarias, debes tener precaución al introducir nuevos alimentos en tu dieta y consultar a un especialista.
• Problemas de tiroides: a través de diversas investigaciones, se ha determinado que las sustancias bociógenas presentes en vegetales crucíferos, como las coles de Bruselas, pueden afectar el funcionamiento de la glándula tiroides, ya que dichas sustancias impiden la absorción del yodo y, por ende, este oligoelemento no se utiliza en la síntesis de hormonas tiroideas.

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