Tormenta de arena: definición, proceso y repercusiones

Una tormenta de arena es un evento climático en el que se produce el desplazamiento de una gran cantidad de arena, polvo y otras partículas por la acción de vientos intensos durante un período más o menos prolongado.

Este fenómeno también se conoce como "tempestad de arena", "tormenta de polvo" o "polvareda". Las tormentas de arena son habituales como desastres meteorológicos, sobre todo en zonas áridas y semiáridas. La duración de una tormenta de arena puede variar desde unos pocos minutos hasta varias horas, dependiendo de la fuerza del viento y la disponibilidad de arena. Durante este lapso, la arena es desplazada por el viento a gran velocidad, en ocasiones alcanzando cientos de kilómetros por hora. El impacto de las partículas de arena en superficies expuestas como edificios, vehículos o incluso la piel humana puede ser abrasivo y causar daños.

Una de las características más notables de una tormenta de arena es la reducción de la visibilidad. La densa nube de partículas de arena disminuye la luz solar y puede oscurecer el cielo al punto de simular una noche. Con una visibilidad muy limitada, resulta sumamente peligroso viajar o conducir durante una tormenta de arena debido a la dificultad para distinguir objetos y riesgos en el camino.

Las tormentas de arena se forman a causa de la interacción de diversos factores ambientales y geográficos.

1. En primer lugar, es necesario contar con un área que posea suelos secos y sueltos, como por ejemplo, los desiertos, donde la arena esté al descubierto y pueda ser arrastrada por el viento. La ausencia de vegetación y la falta de una capa protectora facilitan que el viento pueda tomar y transportar con facilidad las partículas de arena en el aire.
2. Además, se requiere la presencia de vientos fuertes para propiciar una tormenta de arena. Estos vientos suelen estar asociados a fenómenos meteorológicos como frentes fríos o tormentas convectivas. Cuando el viento sopla a través de áreas desérticas, puede acelerarse y generar una corriente de aire potente que levanta la arena del suelo.
3. El proceso de levantamiento de la arena recibe el nombre de "deflación". El viento arrasa con las partículas de arena desde la superficie hacia arriba. Si las partículas son lo suficientemente pequeñas y ligeras, pueden ser transportadas a grandes distancias por el viento. A medida que este se intensifica, más partículas de arena son arrastradas y comienza a formarse una nube de polvo en el aire.
4. Amedida en que esta nube de polvo aumenta y se desplaza con el viento, se transforma en una tormenta de arena. Tanto la cantidad de arena como la velocidad del viento determinan la fuerza de la tormenta de arena. Las tormentas más intensas pueden generar ráfagas de viento extremadamente poderosas, capaces de ocasionar daños significativos en estructuras y obstáculos.

Es fundamental tener en cuenta que las tormentas de arena son eventos dinámicos. La apariencia y dimensión de la nube de polvo pueden cambiar constantemente a medida que el viento varía en fuerza y dirección. A veces, las tormentas de arena pueden desplazarse a lo largo de cientos de kilómetros, impactando extensas áreas y alterando la geografía del entorno.

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Las tormentas de arena pueden ocasionar graves perjuicios al medio ambiente, la salud e incluso la sociedad. Entre los daños más habituales se encuentran los siguientes:

• La visibilidad se ve completamente obstruida, lo que dificulta moverse con seguridad.
• Puede desprender la capa superficial del suelo, llevándola a otra ubicación.
• Puede transportar microorganismos patógenos. Por ejemplo, la meningitis meningocócica, causada por una infección bacteriana, afecta las membranas que recubren la médula espinal y el cerebro, provocando daños cerebrales y, si no se trata adecuadamente, la muerte en el 50 % de los casos. En la conocida "cinturón de meningitis" situado en ciertas zonas de África subsahariana, este brote infeccioso era frecuente.
• Está ligado a las condiciones ambientales, como la concentración de polvo, la baja humedad, el momento y lugar del contagio.
• Las membranas mucosas de la nariz y la garganta resultan afectadas, lo que puede desencadenar infecciones bacterianas, exacerbadas por la presencia de óxido de hierro en la arena.
• Las partículas de arena erosionan superficies y cortan la piel. Además de poder ingresar al cuerpo a través de las mucosas, también pueden provocar pequeñas heridas en cualquier parte de la piel. Del mismo modo, pueden desgastar las estructuras de edificios, estatuas, entre otros.

Muchas tormentas de polvo son tan extensas que pueden ser vistas en imágenes captadas por satélites. Los fuertes vientos transportan el polvo en suspensión a otras zonas donde hay precipitaciones, provocando que las gotas de lluvia ensucien el suelo, dándose así el fenómeno conocido como "lluvia de barro".

En caso de encontrarse en medio de una tormenta de arena, es vital tomar medidas para protegerse y minimizar los riesgos asociados. A continuación, algunas recomendaciones prácticas para mantenerse a salvo:

• Buscar resguardo en un lugar cerrado: siempre que sea posible, refugiarse en un edificio resistente o en un vehículo cerrado. Estos lugares proporcionan protección contra las partículas de arena suspendidas y reducen la posibilidad de lesiones.
• Protegerse del polvo en interiores: si se encuentra en un área afectada por una tormenta de arena, asegurarse de sellar puertas y ventanas con trapos húmedos para evitar la filtración de polvo al interior. En caso de disponer de sistemas de ventilación, apagarlos o ponerlos en modo de recirculación para evitar la entrada de polvo.
• Utilizar gafas de protección: durante una tormenta de arena, las partículas de arena pueden
  • Protege tus ojos: Usa lentes protectoras ajustadas o gafas de sol envolventes para resguardar tus ojos de las partículas arrastradas por el viento, las cuales pueden causar irritación o lesiones. Evita frotar tus ojos, ya que podrías agravar cualquier molestia.
  • Cubre boca y nariz: Preserva tus vías respiratorias colocando una mascarilla, pañuelo u otro material limpio y transpirable sobre tu boca y nariz. De esta manera, filtrarás las partículas de arena y evitarás la inhalación de polvo. Asegúrate de ajustarlo correctamente para impedir la entrada de arena.
  • Evita estar al aire libre: En medio de una tormenta de arena, la visibilidad se reduce considerablemente, haciendo peligroso conducir o caminar al aire libre. Si te encuentras en un vehículo, detén la marcha en un sitio seguro, apaga las luces y espera a que pase la tormenta. Si estás caminando, busca resguardo en un lugar cerrado y espera a que la tormenta se disipe.
  • Mantente informado: Sigue las actualizaciones meteorológicas y cumple con las indicaciones de las autoridades locales. Presta atención a las alertas sobre tormentas de arena y toma las precauciones necesarias. En áreas propensas a este fenómeno, mantén provisiones básicas como agua, alimentos no perecederos y linternas en caso de emergencia.

  Ahora que tienes un mayor entendimiento acerca de las tormentas de arena, te sugerimos explorar otros aspectos fascinantes de la naturaleza, como las curiosas y misteriosas arenas movedizas. Descubre más sobre ellas aquí.

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  Bibliografía

  • Organización Meteorológica Mundial. Tormentas de arena y polvo. Recuperado de: https://public.wmo.int/es/nuestro-mandato/esferas-de-inter%C3%A9s/medio-ambiente/tormentas-de-arena-y-polvo
  • Christelle Marot (2 de mayo de 2022). Las tormentas de arena, una catástrofe mundial cada vez más frecuente agravada por la degradación del suelo. Equaltimes. Disponible en: https://www.equaltimes.org/las-tormentas-de-arena-una